sábado, 16 de mayo de 2020

El «chino» expiatorio




Crítica al video titulado: «Modelo parasitario chino de expansión económica» (2011).

Carlos Rodríguez Braun
Dice con agudeza el profesor Carlos Rodríguez Braun: «El mejor amigo del hombre no es el perro, sino el chivo expiatorio». Tras cada crisis económica es preciso buscar un culpable y esta vez, le tocó la china a los chinos. Me sabe mal refutar al profesor Julián Pavón, pero ha sido él, con su injusta acusación, el causante de mi respuesta. Vamos a identificar algunas falacias de su intervención.

1. El colectivismo metodológico. En economía, es frecuente referirse a los países —España, China— como actores económicos, sin embargo, las naciones no son entes ontológicos. Sólo los individuos actúan (Mises, 2011: 15). Los empresarios chinos que se instalan en España (y otros países) no son «China», ni son funcionarios del Estado chino, ni son enviados del Partido Comunista para «conquistar» el mundo. En economía, las metáforas bélicas son engañosas. La actividad empresarial y el comercio son actos pacíficos que benefician a cuantos participan en él.

2. Endogamia empresarial. Los chinos emplean a chinos; es lógico: emigran familias enteras que no saben hablar español; sin embargo, a medida que el negocio prospera se contratan españoles: dependientes de comercio, repartidores de comida a domicilio, etc. Ellos venden productos fabricados en china, lo cual no solo es perfectamente lícito, sino muy eficiente.

3. Parasitismo. En ningún momento de su intervención el profesor Pavón justifica su acusación de parasitismo. Los chinos son muy trabajadores, no son «buscadores de rentas» públicas; al contrario, los chinos nunca están en paro, probablemente, son proveedores netos de impuestos. Los parásitos, cazadores de «paguitas» y ayudas sociales, son en su mayoría españoles, marroquíes, cubanos, venezolanos, etc. El éxito económico de los chinos no se produce a expensas de nadie, al revés, es la consecuencia de haber servido cumplidamente los deseos de los consumidores. Por tato, los empresarios chinos instalados en España aumentan la calidad de vida de los españoles, ofrecen amplio horario y precios bajos; y como clientes, son buenos pagadores. 

4. ¿A dónde va nuestro dinero? Se acusa a los chinos, entre otros —Carrefour, Ikea, Lidl—, de «sacar» el dinero de España; paradójicamente, nunca se acusa a los españoles de «sacar» los productos de China. Según el mito de la balanza comercial «desfavorable», es mejor exportar que importar, es mejor acumular dinero que disfrutar del consumo de bienes. Esta idea mercantilista no se sostiene. Realidad: a) las exportaciones y las importaciones tienden a igualarse. El dinero que (supuestamente) se envía a China (divisas) no es para «comprar el mundo», sino para aumentar la calidad de vida de los chinos. Cada euro que sale de España vuelve más pronto que tarde de tres formas: 1) directamente: los chinos compran bienes producidos en España: tecnología, transporte, alimentación (vino, porcino, aceite de oliva), productos químicos, etc. 2) Indirectamente: los chinos compran en terceros países y los receptores, a su vez, compran bienes españoles o hacen turismo en España. 3) Los chinos realizan inversiones en España. El comercio internacional es un sistema intrincado de relaciones y es tan irrelevante medir la balanza comercial entre países como hacerlo entre Aragón y Galicia.

5. Los «dueños del mundo» o hacerse con el «control económico mundial». Ahora imaginemos que los chinos, por una extraña razón, redujeran su consumo a niveles propios de los capitalistas puritanos. Invierten todo su ahorro comprando minerales «estratégicos» y grandes empresas en todo el mundo. Lejos de ser un problema, estas inversiones son una bendición para los países receptores porque crece su tasa de capitalización y, con ella, los salarios reales. Cuanto más capital chino entre en España, mucho mejor para nosotros. Precisamente, la súbita mejora del nivel de vida de los chinos se debe a la entrada masiva de capital extranjero.

En definitiva, los chinos no constituyen un problema para la economía mundial, al revés, su elevada competitividad mejora la calidad de vida de todos aquellos países donde tienen presencia. A quien desee profundizar en este tema, le recomiendo el tratado de economía de Ludwig von Mises: La acción humana (Unión Editorial).

5 comentarios:

  1. Elocuente exposición. De un parásito es impropio la competitividad, la laboriosidad, la productividad, la flexibilidad laboral y la capacidad tecnologica, la capacidad de ahorro y acumulación de capital invertido. Es para imitar, mas que para criticar. No obstante, es normal creo el analisis del profesor en 2011, desde situación de crisis por insuficiencia de demanda, sin venta, con precios intervenidos y salarios rígidos siempre se buscan culpables, chivos expiatorios de las propias culpas derivadas de las rigideces propias existentes por desmesurado intervencionismo en nuestros mercados de bienes, laboral y de actibos financieros.
    No los Chino, como Estado o Gobierno, los empresarios y los trabajadores chinos actúan y responden conjugando ley de say y soberanía del consumidor vía flexibilidad y laboriosidad, buscan los empresarios sus factibles beneficios máximos sujetos a las restricciones que operan y asi lo hacen los trabajadores logrando sus factibles compensaciones salariales( renta salerial, ocio) acordadas voluntariamente entre las partes.
    Los defensores del intervencionismo y del proteccionismo en las economias de mercado siempre rebrotan en contextos de insuficiencia de demanda y ante la competencia externa. Lo hacen de espalda a los consumidores y cargandoselo sobre las espaldas de los consumidores propios.
    Antes del Covid, ya desde USA y su administración han apuntado en esa dirección proteccionista y mercantilista mediante aranceles. También es verdad que los empresarios chinos no han abierto sus negocios ante el covid 19/20 ellos desde su capacidad financiera soportan mejor este impas. Es tremenda la virtud de este equivocadamente llamado parásito. Esto es para aprender.
    Otra cuestión es la pujanza que otorga la capacidad estratégica del sector publico chino desde su Opción de 'Comunismo bajo gestión capitalista'. Un abrazo Pepe, querido compañero.

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  3. Un par de matices, ya no es cierto que vendan productos chinos, al menos donde vivo yo. La mayoría de lo que venden constan como fabricados en España, sería lógico que en una primera fase, recién instalados, usasen redes de distribución chinas, ahora, lejos del nacionalismo usado en el vídeo comprarán dónde obtengan mejores ventajas competitivas.
    Ahora ya rotulan en castellano, pero juegan en otra liga y trabajan "como chinos", no parecen tener los virus de nuestra regulación laboral, ni toda esa milonga de la explotación.
    Y una cosa curiosa, a la vez que sorprendente, si les preguntas por algo que buscas y no encuentras, al menos donde yo voy, te piden la descripción y todos los detalles del producto. La próxima vez que acudas ya lo tienen y en gran variedad.
    Todo lo que puedan ganar lo tienen bien merecido.

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  4. Exacto. El nacionalismo económico es un fenómeno gubernamental y completamente ajeno a la mentalidad del empresario.

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