sábado, 17 de agosto de 2013

El robo del I.B.I.

El pasado mes de junio recibí el cargo correspondiente al Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) conocido popularmente como la "contribución". El pago era referido a un piso de 109 m2 en la ciudad de Santa Cruz de La Palma (Canarias). Entre los años 2004 y 2008, el incremento del IBI fue similar al aumento del coste de la vida (IPC) pero desde que entramos en esta crisis los ayuntamientos han aplicado, cada año, subidas realmente confiscatorias y abusivas. En mi caso, pagué 156€ en 2008 y 342€ en 2013; es decir, más del doble en cinco años. O sea, mientras el IPC ha subido 5,5% (datos INE, provincia S/C Tenerife) en los últimos cinco años, el IBI de Santa Cruz de La Palma lo ha hecho 118%. ¿Acaso no es esto un atraco?

El IBI se calcula multiplicando el Valor Catastral (V) por el tipo de gravamen (G). El primero lo fija el Catastro (Ministerio de Hacienda) y nada tiene que ver con el valor de mercado del inmueble, sólo se trata de un valor discrecional con fines recaudatorios. El segundo, lo fija discrecionalmente cada Ayuntamiento pero entre un mínimo de 0,4% y un máximo de 1,1%; esta horquilla, a su vez, se fija de forma arbitraria por la Administración. Según esto, si V es bajo, basta con incrementar G lo suficiente para obtener una determinada recaudación, esto hizo el Estado hasta 2008. A partir de 2009, lo que han hecho es aumentar V y mantener G. En concreto, el valor catastral de mi piso era 24.263€ en 2008 y 74.606€ en 2009. El Catastro triplicó el valor del inmueble para poder, durante los próximo 9 años, triplicar también el importe del IBI (cuota tributaria). En los próximos cuatro años, si no le ponemos remedio, tendremos subidas del IBI de 20% anual. Pero no nos dejemos confundir con cálculos arbitrarios, como decía Murray Rothbard, lo importante de un impuesto no es cómo se calcula la cuota ni tampoco si es directo o indirecto, lo relevante es la cantidad finalmente pagada. 

De esta manera, los políticos han actuado como lo que son: vulgares ladrones que anteponen sus necesidades de financiación a las necesidades de individuos y familias que apenas tienen para malvivir. Si no tienen dinero, reduzcan el Estado, quiten funcionarios, vendan sus onerosos inmuebles y coches de lujo, privaticen sus ruinosas empresas públicas, supriman sus vergonzosas dietas, eliminen su "personal de confianza", renuncien al clientelismo político y respeten nuestro dinero, malditos hijos de puta. 

El pasado 2 de agosto me reuní con el alcalde de S/C Palma y la concejal de hacienda para quejarme y decirles que las subidas del IBI eran confiscatorias y que no deberían robarnos tanto en tan poco tiempo, que no era justo expropiar al ciudadano arbitraria, unilateral e ilimitadamente. La concejal de hacienda, cual cobarde, echó la culpa al "Estado" pero no dijo que son los ayuntamientos quienes piden al Catastro la "revisión" del valor catastral de los inmuebles ni tampoco dijo que, pudiendo aplicar un tipo de gravamen de 0,4%, el ayuntamiento aplicó 0,69%. Para no cansarles, les pedí expresamente que me devolvieran el dinero expropiado sin mi consentimiento y ellos, los expropiadores democráticamente elegidos, los "servidores del pueblo", soltaron al unísono una contenida carcajada: ¡qué cosas dice usted!. Finalmente, rellené una instancia para pedirles la devolución de lo robado y recientemente han desestimado mi pretensión. Comete un grave error el político al subestimar la capacidad de lucha de un ciudadano informado y presto a defender sus derechos de propiedad.
Frente al abuso de los gobernantes democráticos ¿qué podemos hacer? al fin y al cabo, ellos creen que la elección popular les ha otorgado un cheque en blanco para vulnerar, a su antojo, nuestra libertad y nuestra propiedad. Hagámosles saber que están equivocados, que no tienen patente de corso. En primer lugar, hay que tomar conciencia de que estamos siendo expoliados. No hace falta entender de fiscalidad, miremos los recibos que nos cobra el banco, hagamos las cuentas domésticas y seamos los primeros defensores de lo nuestro. Recuerden una cosa: al político sólo le interesa el voto y es muy sensible a los estados de opinión. Cuando les pidan su voto ¡no lo regalen coño! exijan la reducción del IBI a los niveles previos a 2009. Sólo es preciso dirigirte a tu alcalde y decirle: ¡tú eres mi empleado, tú trabajas para mí, yo no soy tu esclavo a tiempo parcial y si no me bajas el IBI te voy a despedir en las próximas elecciones!