El pasado 17 de abril Rafael Nadal se impuso a David Ferrer en la final del Masters 1000 de Montecarlo. La ceremonia de clausura fue presidida por el Príncipe Alberto de Mónaco, que en la foto aparece acompañado de su prometida, la nadadora sudafricana Charlene Wittstock. Pudimos ver con orgullo cómo se izaba -por séptima vez consecutiva- la bandera de España a los acordes del Himno Nacional.
Hoy día 24 de abril, una semana después; en el Torneo Conde de Godó, celebrado en Barcelona, se repitió el mismo duelo entre los dos jugadores mediterráneos (Nadal es balear y Ferrer, alicantino), con idéntico resultado. La clausura fue presidida por la Infanta Cristina, acompañada de autoridades catalanas como Artur Mas y Jordi Hereu. Este vez, paradójicamente, no pudimos ver ondear la Bandera ni escuchar el Himno. Sugeriría a su Alteza Real que antes de acudir a un evento, se asegurara de que no se omitirán los símbolos de la nación española y espero que la Familia Real haga su trabajo sin bajarse los pantalones ante este desaire con tinte independentista. Si la Monarquía, como institución de la nación española, no es capaz de defender la españolidad de Cataluña en Cataluña, entonces prefiero que sea sustituida por la República.